Sunday, December 13, 2009

La Historia en Días y Horas





En la novela El Mundo de Sofia, de Jostein Gaarder, el profesor le pide a Sofía que vaya a una vieja iglesia medieval a las 4:00 a.m. para poder explicarle la Edad Media. Sofía se presenta allí a la hora indicada, y se le aparece el profesor vestido de monje medieval hablando en latín, a lo cual Sofía responde muy irreverente: “¡Habla noruego, tonto!” (La novela original se escribió en noruego.) El profesor poco después le pregunta la hora; Sofía responde que son las 4:00 a.m., y el profesor dice que está por comenzar la Edad Media. Si Jesús nació a medianoche de un lunes, y cada hora son cien años, entonces las 4:00 a.m. de ese lunes corresponderían al año 400 d.C., o el inicio del siglo V, y fue en el siglo V cuando se inició la Edad Media.

El Mundo de Sofía no me gustó para nada como novela, y su sesgo religioso tampoco me pareció apropiado para un texto que, en esencia, es una introducción a la filosofía. Pero lo que sí me gustó fue el barrido de la historia de la filosofia que hace ese libro, y también, en particular, este escalamiento del tiempo donde se asocia cada hora del reloj con el transcurso de un siglo.

En un post anterior de este mismo blog vimos toda la historia del universo llevada a escala sobre un año. Vimos que los humanos hemos estado en el planeta Tierra, y con esta apariencia de "seres humanos" que tenemos ahora, apenas los últimos 8 minutos de los 365 días de ese año, lo cual equivale a un 0,0015% de la edad del universo. En términos exactos, los humanos hemos existido solo 200.000 de los casi 14 mil millones de años de edad que tiene el universo.

Tratemos de hacer un escalamiento de toda esta historia de la humanidad en la Tierra, estos 200.000 años, utilizando el escalamiento de una hora = un siglo que le sugiere el profesor noruego a Sofía.

Primero que nada, organicemos un poco esa cantidad de años. ¿Cuál sería la subdivisión más simple posible de ese bloque de 200.000 años? Pues una división en solo dos partes. No en tres ni en cinco partes; solo en dos. Para hacer una subdivisión así de minimalista debemos primero escoger algún evento importante que nos permita dividir en dos pedazos convenientes, un antes y un después, toda esa gran cantidad de tiempo.

Existen varias subdivisiones posibles, pero los historiadores consideran la invención de la escritura (que ocurrió hace unos 5.100 años) como uno de los eventos más relevantes para marcar un antes y un después en la historia de la humanidad. Todo el tiempo que precede a la invención de la escritura se denomina, de hecho, “Pre-historia”, y desde la invención de la escritura en adelante es que se habla de la “Historia” propiamente dicha. Así que nuestra visión simplista de toda la existencia de la humanidad se resume de la siguiente manera:
- Seres humanos en la Tierra: ~200.000 años
- Prehistoria: Antes de la invención de la escritura (~195.000 años)
- Historia: Desde la invención de la escritura en adelante (~5.100 años, o desde 3100 a.C.)
Los historiadores occidentales han convenido en subdividir esos ~5.100 años de "Historia" propiamente dicha en cuatro grandes “Edades”, demarcadas por ciertos eventos importantes. Mostrando esa subdivisión, e indicando dichos eventos, nuestra esquema de la Historia luce entonces como sigue:
- Seres humanos en la Tierra (~200.000 años)
- Prehistoria: Antes de la invención de la escritura (~195.000 años)
- Historia:
-Antiguedad: Desde invención de la escritura (~3100 a.C.), hasta caída del Imperio Romano (476 d.C.)
-Edad Media: Desde caída del Imperio Romano hasta toma de Constantinopla por los turcos (1453)
-Edad Moderna: Desde toma de Constantinopla por los turcos hasta la Revolución Francesa (en 1789)
-Edad Contemporánea: Desde la Revolución Francesa en adelante
Volviendo al escalamiento de una hora igual a un siglo sugerido por El Mundo de Sofía, hoy en día, en el año 2009, estaríamos unos pocos minutos luego de las 20 horas (es decir, a pocos minutos luego de las las 8:00 p.m.) dentro de ese gran día lunes de 24 horas (2.400 años) que comenzó en el año 1 d.C.

La escritura (que se inventó en el 3100 a.C) apareció unas 31 horas antes del comienzo de ese lunes. Restando de esas 31 horas las 24 del domingo, quedan unas 7 horas antes de que terminara el sábado. Es decir, la escritura apareció como a las 5:00 p.m. del sábado del fin de semana justo antes de ese lunes cuyo primer segundo corresponde al inicio del año 1 de nuestra era. Toda la Edad Antigua abarca desde finales de esa tarde del sábado, pasando por el domingo completo, y llegando hasta las ~04:45 a.m. del día lunes (476 d.C.), cuando cae el Imperio Romano y comienza la Edad Media.

Unas 10 horas después (o luego de casi 1000 años) termina la Edad Media con la toma de Constantinopla por los turcos a las ~14:30 (año 1453) de ese mismo lunes, y allí se inicia la Edad Moderna, la cual durará un poco más de 3 horas (poco más de 330 años) hasta la Revolución Francesa que ocurrió unos minutos antes de las 18:00 horas (año 1789), dando inicio a la llamada Edad Contemporánea, la cual solo ha durado un poco más de 2 horas hasta la actualidad, las 20:05 horas (año 2009) que se ven en el reloj del dibujo arriba.

Mostrando la escala de una hora igual a un siglo, nuestro esquema de la Historia se resumiría entonces así:
Seres humanos en la Tierra (~200.000 años)
- Prehistoria: Antes de la invención de la escritura, casi 195.000 años
- Historia:
-Antiguedad: Desde invención de la escritura, 3100 a.C. (sábado ~05:00 pm), hasta caída del Imperio Romano, 476 d.C. (lunes ~04:45 am)
-Edad Media: Hasta toma de Constantinopla, 1453 (lunes ~14:30)
-Edad Moderna: Hasta la Revolución Francesa, 1789 (lunes ~18:00)
-Edad Contemporánea: Desde la Revolución Francesa hasta el presente, año 2009 (lunes ~20:05)
Y en esta escala de horas iguales a siglos, ¿cuántos días serían esos 200.000 años que hemos estado los humanos en la Tierra? Pues unos 83,3 días, o casi tres meses.

Friday, October 30, 2009

La alegría de un Coleccionista
(Odisea de 18 años)


De niño fui un modesto coleccionista en dos categorías de cosas: álbumes de barajitas, y enciclopedias por fascículos. Se puede entender que durante varios años esa afición me hizo asiduo cliente de todos los kioscos que había cerca y no tan cerca de donde yo vivía. El abrir un sobre de tres o cinco barajitas y encontrar una de aquellas "difíciles" que nunca se conseguían, o acercarse a un kiosco y desde lejos ver que ya tenía colgado y en exhibición el nuevo fascículo que correspondía a aquella semana; aquellas eran alegrías que quizá sólo alguien que haya tenido estas aficiones de niño pueda comprender.

Pero ya fuese por la poca confiabilidad de las editoriales o distribuidoras, o también por mi propio ocasional descuido, no siempre fue fácil completar mis colecciones. De hecho, el placer de ver completa una colección de éstas, que se arman semana tras semana a lo largo de meses e incluso años, fue siempre para mí la excepción más que la regla.

En cuanto a los álbumes, intenté llenar, entre otros, varios de Deportes, uno de Fauna y Flora de Venezuela, varios de ciencias naturales y tecnología, otros de animales, uno de medicina, uno de Historia de Venezuela, y varios otros que ahora mismo no recuerdo. Compraba los sobres de barajitas casi a diario; cambiaba barajitas con los otros chamos de la escuela tanto en plena clase como en el recreo, y a la salida íbamos varios niños fiebrúos a los quioscos a incrementar nuestro inventario y continuar nuestra pequeña bolsa de valores de barajitas.

Pese a tamaña dedicación, de todos esos intentos a lo largo de casi 7 años (entre mis 7 y 13+ años si recuerdo bien) yo logré completar un solo álbum. Para todos los otros intentos, siempre hubo unas cuantas barajitas que nunca conseguí.

Léase bien otra vez: de entre 15 a 20 álbumes, logré completar un solo álbum. Sólo uno.

Por cierto, ese único álbum que logré completar no me mataba mucho. Era de Historia de Venezuela, pero para mí, que era ya un experto en evaluar la calidad de todos los álbumes que salían al mercado Venezolano en esa época, este en particular no me parecía tan bueno. Pese a eso, no olvido la euforia cuando finalmente encontré aquella última barajita escurridiza que me faltaba para completar el bendito álbum; recuerdo cuando le puse la pega y cuando finalmente la coloqué en el sitio predestinado para ella en aquella página. Este fue así el primer álbum que lograba completar en mi vida, y sería el único. Todavía tengo ese álbum, aunque cabe mencionar, también tengo los varios otros álbumes que nunca completé pero que me gustaban más, y que seguirán esperando para siempre las barajitas numeradas allí ausentes que nunca conseguí. También tengo muy claro el recuerdo de aquella pequeña felicidad: el logro de una última barajita.

En cuanto a enciclopedias, intenté coleccionar, entre otras, la Enciclopedia "Se Todo" de Bruguera, La Enciclopedia de Medicina Sarpe, Inglés Junior de Salvat, Saber Más, La Biblia, Diccionario Lexis 22, Historia del Hombre, Diccionario Castell, Hable Inglés, Gran Diccionario Larousse, Salvat del Estudiante, Enciclopedia Visual Salvat, Enciclopedia Salvat del Arte, etc. etc. Muchos de esos intentos duraban, sin embargo, sólo unos pocos fascículos o libros, porque los kioscos de pronto dejaban de traerlos por unas semanas, y cuando volvían a aparecer, eran tres o cuatro números más adelante del último que yo había conseguido, lo cual ya dificultaba continuar la colección. Salvat era una excepción pues existía la Salvat allí mismo en Plaza Venezuela donde siempre se podría acudir para conseguir faltantes, pero luego la Salvat se fue de allí, y también las colecciones Salvat se volvieron poco confiables.

A veces los fascículos de una colección simplemente dejaban de venir, como si unos terroristas hubieran soltado una bomba en la casa matriz de la editorial, o algo por el estilo. Uno se quedaba entonces con la peor de las frustraciones; luego de religiosamente haber acumulado todos y cada uno de los primeros fascículos, de pronto no había manera alguna de continuar la colección. Recuerdo que eso me pasó con el diccionario enciclopédico Castell. Ya de adulto compré un diccionario Castell completo. No necesitaba este diccionario, pero lo compré en verdad por nostalgia, quizá a modo de paliativo contra aquella frustración que nunca se terminó de extinguir. Este diccionario era una desmejorada versión en un solo volumen; el papel no era tan bueno, y la impresión de las fotos era algo borrosa, y no tenía ni la mitad de las entradas de aquella colección que abarcaría 5 tomos, y que estaba nítidamente impresa, en un magnífico papel, pero que poco después de los fascículos del primer tomo desapareció por completo de todos los kioscos en la faz de la tierra, sin ninguna explicación.

Del "Inglés Junior" de la BBC/Salvat apenas coleccioné los primeros dos tomos, y el segundo me quedó bastante incompleto. Sin embargo, todo el inglés que me intentaron enseñar en bachillerato no abarcó nunca lo que logré aprender con esas pocas revistas y cassettes. Tendría yo si acaso unos 9 ó 10 años cuando coleccionaba el Inglés Junior. Recuerdo el Barret Circus, Mr. Barret, Castor y Pollux, Igor the Lion Tamer, María, Solomon the Seal, Ernest the Elephant, ¡y las canciones!

I´m Ernest the elephant and I can sing,
I can dance and I can sing,
I am an elephant and I can sing,
I can do anythiiiing!


I can still sing quite a few of those songs. Such good memories really, priceless memories... Pero no pude continuar esa colección, me quedó interrumpida y no la seguí comprando. Pienso que, quizá, porque entonces estaba comprando ya el Salvat Estudiante, y alguna otra colección o álbum, y con todos aquellos otros gastos el Inglés Junior con sus cassettes seguramente era caro para mi infantil presupuesto.

Unos pocos años después del inglés junior comencé a coleccionar el "Hable Inglés" de Sarpe/Longman. Esta colección estaba más orientada para adultos, pero era muy didáctica y muy buena también. La conformaban 96 fascículos distribuidos en 6 volúmenes en total. Esta sí, casi la completé, pero me faltaron apenas dos fascículos, uno de los cuales incluía un cassette (Gr%$***@*#~*@#*). Incompleta.

Estrictamente hablando sólo logré completar dos de las muchas enciclopedias que intenté coleccionar: una fue la "Historia del Hombre" (en 52 libritos), y otra la "Enciclopedia Salvat del Estudiante" (150 fascículos en 10 tomos). Ambas las sigo consultando de vez en cuando incluso en la actualidad. Entiéndase bien lo trabajoso que era para un niño completar, entrega por entrega, una enciclopedia de estas magnitudes. Apenas hay 52 semanas en un año; a una entrega por semana, tomaba un año entero completar la Historia del Hombre, y casi tres años completar la Salvat del Estudiante. Por supuesto, sabemos que no es rentable comprar una enciclopedia entrega por entrega, y yo lo sabía entonces, pero conseguir aquella nueva revista cada semana en el kiosco tenía su placer. Era como una especie de pequeño avance tangible en la construcción de una gran obra, y luego descubrir lo que había llegado de nuevo para la enciclopedia en ese pedazo de esa semana, los artículos, las fotos; era todo como un pequeño hábito disfrutar el descubrimiento, un pequeño regalo a la curiosidad que contribuía a la construcción de un gran regalo final. (Por cierto, el índice de cada tomo del Estudiante sólo se recibía en el último fascículo de cada tomo, así que lo que vendría en la próxima revista era siempre un gran misterio.) Por alguna razón, tener una enciclopedia entera de una vez para mí aniquilaba este extraño placer de ir buscando cada pedazo, de ir armándola e ir descubriéndola poco a poco.

Cualquiera se preguntará por qué me ha dado hoy por escribir de colecciones de libros de cuando era niño, y de toda la dificultad en completar unas pocas colecciones que logré completar hace tanto tiempo. Bien, resulta ser que hoy, de la manera más inesperada, experimenté otra vez el pequeño placer del coleccionista bibliófilo que completa una de sus colecciones. Esto es un caso muy curioso porque es una colección de apenas dos piezas, de la cual yo siempre tuve sólo una. La colección la inicié hace dieciocho años adquiriendo la primera pieza, y aunque parezca mentira, hoy, dieciocho años después, y sin estar buscándola, finalmente me conseguí con la segunda.

La primera pieza la encontré en el año 1991 en los puestos de libros usados que estaban y siguen estando debajo del puente de la Av. Fuerzas Armadas. Para el año 1991 yo ya era un adulto, ya estudiaba en la universidad, y ni qué decir, ya hacía muchos años que no compraba enciclopedias por fascículos, ni mucho menos álbumes ni barajitas. Ahora compraba, por supuesto, libros. Seguía siendo un bibliófilo empedernido, y sobre todo un asiduo comprador de libros usados -como lo sigo siendo.

Estaba, pues, en una de mis tantas exploraciones de libros usados en la Fuerzas Armadas, cuando me encuentro esta especie de diamante en medio de una montaña de carbón. Un fenomenal Volumen I de una llamada "Enciclopedia de Historia Universal", de Alianza Editorial, compilada por William Langer, Madrid, edición del año 1980. Era tapa dura, estaba en excelente estado, y leyendo aquel libro encuentro que éste era el primero de una enciclopedia de sólo dos volúmenes. Uno de dos. Éste que sostenía en mis manos era literalmente un burro de libro. Tenía 1642 páginas él solo, y lucía más grande pero apenas un poco más delgado que un Pequeño Larousse. Impreso en muy buen papel, contaba con excelentes diagramas y mapas monocromáticos, y descubro que aquel volumen I cubría la historia universal hasta la segunda guerra mundial; el volumen II cubría la historia desde después de la segunda guerra mundial.

Las páginas eran a dos columnas, y me sorprendí al ver que aquellas columnas tenían unas entradas en negrita, a la manera de las entradas en un diccionario, pero las entradas aquí no eran palabras: ¡eran fechas! Agrupando regiones y épocas por capítulos, el libro tenía toda la historia universal ordenada fecha por fecha, evento por evento, cronológicamente. ¡Era una cronología de toda la historia universal! Esto no sólo era un tipo de libro de referencia que yo no tenía, parecía ser EL libro de referencia a tener en esa categoría.

Deberá entenderse que este bibliófilo llevaba ya muchos años frecuentando casi mínimo una vez a la semana aquellos puestos de libros usados, al igual que varios otros puestos y librerías de libros usados en otras zonas de la Caracas de esa época; y por supuesto, también frecuentaba muchas librerías de libros nuevos. Sin embargo, yo nunca había visto esta magnífica enciclopedia de Historia Universal de dos volúmenes de Alianza Editorial y de William Langer en ninguna parte. Este libro era hiper-detallado e interesante y muy voluminoso. ¡Y era de Alianza Editorial! ¡Y tapa dura! ¡Y tan buen papel, y tan clara impresión! ¡Y en tan buen estado! ¡Y costaba, en aquella condición de "usado", sólo Bs. 250! (En aquella época eso era una ganga para semejante libro, sobre todo para el excelente estado en que estaba.)

De inmediato busqué el segundo volumen de este diamante en aquella montaña de carbón, pero no lo encontré. Pregunté al vendedor, y mala noticia: sólo tenía el primer volumen; nunca había tenido el segundo. Con razón estaba tan barato.

La falta del volumen II era muy perjudicial en este caso porque, explorando el primer volumen aún más, descubrí que no tenía ningún índice alfabético. Alianza hizo -muy razonablemente- un único índice alfabético para toda esta enciclopedia de dos volúmenes, y colocó ese único índice en el volumen II. ¡Darn! Aunque a uno no le interesara para nada la historia después de la Segunda Guerra Mundial, de todas maneras mayor falta que hacía ese segundo volumen para poder usar el primero con gusto. Si quisiera buscar donde se mencionaba, por ejemplo, a Carlomagno, en este inmenso libro de 1642 páginas, tendría que buscarlo a pulmón buscando primero en algún otro libro su fecha de nacimiento o fallecimiento, y luego buscando esas fechas en este libro, en el capítulo de la región adecuada. Mientras no tuviera el volumen II no tendría índice alfabético para poder llegar directamente a todas las páginas que mencionaran cualquier personaje o asunto de mi interés.

Deberá entenderse también que quien había sido de niño un asiduo coleccionista de enciclopedias por fascículos, sabía muy bien lo difícil que podía resultar completar una enciclopedia por partes, incluso cuando son ediciones nuevas, y cuando las editoriales y distribuidoras en principio garantizaban que harían llegar todas las entregas a todos los kioscos. Imaginemos entonces el riesgo de comprar, en categoría de usado, un volumen I de una enciclopedia nunca antes vista, publicada 11 años antes, sin saber si alguna vez conseguiría el volumen II que era el que contenía el crucial índice alfabético de toda la enciclopedia. No sólo era necesario conseguir el volumen II, sino el volumen II de la misma edición; una edición distinta quizá reduciría enormemente la utilidad del índice. Independientemente del precio (estaba en realidad muy barato), debe entenderse que adquirir este libro era, pues, para alguien como yo, someterse voluntariamente a una potencial frustración de coleccionista que podría durarme toda la vida.

Por supuesto que lo compré.

Puedo asegurar que aquello ocurrió en el año 1991 porque en mis libros yo siempre anoto el año de adquisición en la página donde se muestra el ISBN junto con los otros datos aburridos del libro. Lo compré, pues, en 1991. Aquel mismo día pregunté en todos aquellos otros puestos de libros usados, con mi volumen I en mano, pero nadie tenía el volumen II. El libro tenía un sello de la librería Elite (Plaza Venezuela) y allí acudí esa misma semana preguntando por esa enciclopedia, a ver si podrían venderme el volumen II, que yo ya tenía el I, pero no tenían ni el II ni el I. Así pasó con todas las librerías que visité en los meses subsiguientes. Y tampoco tuve la suerte de ver ningún volumen II (ni el I) en ninguno de los puestos de libros usados del resto de Caracas. Descubrí otras enciclopedias de Alianza, incluso otras en dos volúmenes, pero nadie tenía ésta.

Era apenas una pieza de dos; faltaba una sola pieza de dos para completar esta colección, esta pequeña gran enciclopedia. Ahora que lo pienso, en cantidad de entregas ésta era la colección más pequeña que yo había iniciado en la vida, y sin embargo, ya unos cuantos meses luego del primer volumen se vislumbraba como la más titánica de completar, incluso para un adulto. Una colección que sin embargo, me devolvía, con intensidad inesperada, un poderoso afán que había sentido desde niño.

Recuerdo que luego de una búsqueda fracasada a lo largo de varios meses y en muchas librerías, finalmente comencé a buscar en bibliotecas. Por lo menos quería constatar la existencia de este elusivo volumen II; al menos quería verlo y tocarlo. Busqué en una biblioteca que quedaba en el Paraíso y que yo había usado desde bachillerato. Nada. Busqué en la Bibliteca Nacional. Nada. Busqué en la de la UCV, ¡Y allí lo encontré! ¡Existía el Santo Grial!

Allí estaba el volumen II en todo su esplendor. Claro, estaba en una biblioteca; no era para mí. Pero existía el condenado. Me sorprendió ver que el volumen II era mucho más delgado que el I; no llegaba a las mil páginas. También me sorprendió ver que las páginas de este volumen II no comenzaban en la número 1, sino en la 1643. ¡Así de amarrados estaba estos volúmenes! ¿Cómo pudo nadie separarlos alguna vez? Aparte de la historia después de la Segunda Guerra Mundial, contenía, por supuesto, el maravilloso índice alfabético de toda la enciclopedia, que era gigantesco; este índice, a tres columnas y en letra muy menuda, ¡ocupaba por sí solo 150 páginas!

Pensé que podría sacarle fotocopias, al menos al índice, pero nueva frustración: no podría sacar aquel libro de aquella biblioteca; estaba en una categoría de referencia que no permitía extracción. Cualquier copia tendría que sacarse allí mismo, en la biblioteca. Pero sacarle copias a ese índice tan extenso sería demasiado trabajoso, y además, el resultado sería de muy baja calidad. Me resigné. Tendría que esperar a conseguir ese volumen II en algún lugar donde estuviera en venta, fuese nuevo o usado, o quedarme con otra colección no sólo incompleta: ésta, en particular tan buena, perdía considerable utilidad en ausencia de aquel índice.

Todo ese esfuerzo de búsqueda ocurrió todavía en 1991. Pasaron los años y nunca ví el libro aunque siempre estuve pendiente. Eventualmente me fui a vivir al extranjero y viví muchos años por allá. Regresé a Venezuela y volví a encontrarme en mi biblioteca con este libro volumen I, con esta otra enciclopedia incompleta, que seguía en el fondo de mi memoria como otra de tantas enciclopedias incompletas, y ésta ya declarada caso perdido.

Hoy, 30 de Octubre de 2009, estuve en unas pocas librerías (los viernes como que los estoy usando para esto) buscando un libro que me recomendaron recientemente: una antología de cuentos venezolanos, "Cuentos sin Palabrotas", de Fedosy Santaella. Uno de los lugares donde busqué fue Suma, en Sabana Grande. Allí pregunté por ese libro y no lo tenían, pero me puse a ojear los estantes de esta librería a la cual hace tiempo no le dedicaba suficiente exploración -eso que estuve allí hace unas pocas semanas. Llegué hasta el fondo, donde tienen la sección de historia, y reposando en un anaquel abajo, cerca del piso, ni siquiera estaba vertical, estaba puesto horizontalmente en un espacio con pocos libros, la portada mirando al techo, mostrando las grandes letras de la solapa: "ENCICLOPEDIA DE HISTORIA UNIVERSAL, WILLIAM L. LANGER, DESDE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, ALIANZA DICCIONARIOS". No lo podía creer. Lo levanté y revisé el resto del estante. Curiosamente no tenían ningún volumen I, y tampoco tenían ningún otro volumen II. Era el único. Estaba algo viejo, pero en perfecto estado, similar a como se ve ahora mi volumen I. En todo caso, mientras pasaba las páginas con mis dedos viendo el índice creo que me corrieron unas breves lágrimas de alegría; por suerte no había casi gente, y los vendedores estaban lejos.






La etiqueta tenía código de barras pero era viejísima, y el precio estaba en Bs., no en bolívares fuertes. El precio en la etiqueta eran Bs. 20.000,00. Pensé que quizá no estaba actualizada y que resultaría carísimo (como están los libros hoy en día, más aún un tapa dura de Alianza; un paperback de Alianza de bolsillo en esa misma y en otras librerías cuesta alrededor de Bs.F. 90). Pero ¿qué importaba? Lo que costara, yo iba a pagarlo; nadie en el universo podría tener la menor duda. Hay momentos en los que uno se hace esclavo de las cosas más tontas. Fui entonces hasta la entrada donde estaba la caja para verificar el precio, y pregunté. Increíblemente, ése era el precio: Bs. 20.000; apenas veinte bolívares fuertes de hoy en día. La mitad de aquel diamante de enciclopedia de hace dieciocho años, tapa dura, de Alianza Editorial, con el preciado índice completo, con toda la historia desde después de la segunda guerra mundial; aquel Santo Grial tan duro de conseguir, la enciclopedia más pequeña y a la vez la más difícil de completar, por fin la había completado y de hecho por accidente, sin haber estado buscando la pieza faltante; y costaba la ridícula suma de Bs.F 20. Allí le dije como si nada que muy buen precio y que me lo llevaba. Y será difícil de creer, pero hice algo realmente insólito: corrí el riesgo de dejarlo allí en el mostrador un rato; lo solté. Dije que iba a seguir viendo otros libros un rato más, y me dirigí de nuevo hacia los estantes; me quedé viendo otros libros de espaldas a la entrada, disimulando.

Finalmente pagué y salí de aquella librería con andar paranoico; comencé a caminar como si estuviera cargando en secreto un lingote de oro por las calles. Llegué no hace mucho a mi casa con este preciado volumen II en mano. Sin embargo debo reconocer que algo me preocupaba. Mi volumen I era de 1980, y este volumen II era de 1984. El índice podría corresponder a una edición distinta. Abrí la página del ISBN del volumen I, y allí estaba escrito, en bolígrafo negro, y en mi letra de hace dieciocho años: "1991", el año en que había adquirido aquel libro. Allí estaba también el ISBN: 84-206-5296-2 y decía al lado "Obra completa" (porque abajo aparecía otro ISBN para el volumen I propiamente dicho). Abrí entonces la página homónima del volumen II, y confirmé su ISBN de obra completa, y era el mismo. Volví a revisar el volumen I, y volví a revisar el II, y los volví a revisar otra vez. Eran el mismo, no cabía duda, pese a los cuatro años de diferencia de la impresión. Lo había logrado. Es la tercera enciclopedia que completo en mi vida. La más pequeña, apenas dos volúmenes, sin embargo la más difícil; dieciocho años después estaba, por fin, completa.

Busqué un bolígrafo negro y escribí entonces en la página del ISBN del volumen II la fecha de hoy, 30 de Octubre de 2009. Con toda sinceridad puedo decir que haciendo esto sentí lo mismo que sentí cuando niño, hace más de 30 años, poniéndole pega a aquella última barajita del único álbum que llegué a completar. Hay alegrías pequeñas que al mismo tiempo son tan grandes...

Puse el grueso volumen I al lado del II, y allí se juntaron por primera vez. La página 1642 del volumen I finalmente a dos tapas duras de la página 1643 en su complemento, el volumen II. El Ying y el Yang; el Alfa y el Omega. Dieciocho años después. Finalmente. Juntos. Completos.




Sunday, September 27, 2009

El tiempo que llevamos aquí...



Similar al intento del post anterior que trataba de hacer más digeribles algunas distancias gigantescas, seguí usando mi hojita en excel para entender mejor algunas de las más grandes medidas de tiempo que conocemos.

Los astrónomos y físicos nos dicen hoy en día que el universo tiene casi 14 mil millones de años de edad. Supongamos que toda esa cantidad de tiempo la metemos en escala dentro de los 365 días de un año, y que estamos a las 00:00:00 de la madrugada del 01 de Enero del año siguiente, es decir, en el último y más reciente momento de la historia conocida del universo, y en el inicio del futuro -como es nuestro caso todos los días, y en todo momento.

Viendo toda la historia del universo así, como un año que acaba de pasar, nuestro planeta Tierra tendría entonces apenas un poco menos de 4 "meses" de edad. La tierra nació entonces en los primeros días de septiembre de este gran año del tiempo.

La vida apareció en la Tierra todavía en ese mismo septiembre, cuando el planeta tenía apenas un poco menos de tres semanas de existencia. Pero toda esa vida era unicelular, y estaba en las aguas, y se mantuvo por mucho tiempo en el agua. La vida multicelular viene a aparecer en la Tierra bastante después, en los primeros días de diciembre. Los primeros animales aparecen a mediados de diciembre.

La evolución tardó en permitir vida fuera del agua. Las primeras plantas terrestres aparecieron hace un poco menos de dos semanas (por allí cerca del 19 de Diciembre). Los mamíferos aparecerían más de una semana después de las plantas terrestres, hace apenas un poco más de 5 días, y las primeras aves al día siguiente.

Estaríamos entonces a apenas 4 días del fin de ese gran año. Ya hay animales y plantas, incluso mamíferos y aves, pero todavía no hay humanos en el mundo. La evolución continúa su curso. Caen meteoritos; explotan volcanes; aparecen y desaparecen especies; se nos van tres de esos últimos "días" (o más de 100 millones de años) y llega el último día de ese gran año: el 31 de diciembre. Se hace mediodía; se hacen las 3:00 pm... luego las 6:00pm... las 9:00pm... y todavía no hay humanos en el mundo. Se hacen las 11:00pm del 31 de diciembre... las 11:30... las 11:45 pm... las 11:50!... y todavía no aparecemos; al menos no como nos vemos hoy en día.

Las primeras criaturas humanas que se veían como nos vemos hoy en día aparecieron hace unos 200.000 años. En nuestra escala eso corresponde a un poco menos de 8 minutos. En la gran historia del universo plasmada en un año vinimos a aparecer los humanos el 31 de Diciembre a las 11:52pm.

La invención de la escritura marca la separación entre Prehistoria e Historia, y ocurre a comienzos de la Edad del Bronce, hace unos 5000 años (3000 AC). En nuestra escala eso corresponde a apenas 12 segundos antes del fin de año y de nuestro presente.

¿Qué estaba ocurriendo cuando faltaba un solo segundo para el fin de este gran año de la historia del universo? El inicio de ese último segundo correspondería a finales del Renacimiento (siglo XVI). Ya estaban Cervantes y Shakespeare en el mundo, pero aún no habían escrito sus grandes obras.

Para más información: http://en.wikipedia.org/wiki/Timeline_of_evolution

PD. En un próximo post trataré de hacer un escalamiento de la Historia per se, es decir, desde la invención de la escritura hasta el presente.

Friday, September 25, 2009

Qué tan pequeños somos



El diámetro de La Tierra es 3.66 veces el de La Luna. La foto arriba muestra esas dimensiones de manera proporcional. Lo que la foto arriba no muestra es qué tan lejos está La Luna de nuestro planeta. Estuve jugando un poco con Excel para hacerme una idea de esa y de otras distancias estelares.

Esa Tierra en la foto de arriba debe verse en la pantalla más o menos del tamaño de una pelota de tenis (6.7 cm de diámetro); y esa Luna es, digamos, del tamaño de un chicle bomba. Ahora bien, ¿podríamos mostrar la distancia entre esa Tierra y su Luna en órbita de manera proporcional sosteniéndolas con nuestras manos? Resulta que muy pocos pueden.

La longitud de nuestros brazos extendidos (envergadura) es en general igual a nuestra altura. (Esta equivalencia la plasmó Da Vinci en su "Hombre de Vitruvio".)

Si la Tierra fuese una pelota de tenis y la Luna un chicle bomba, como se ven en la foto de arriba, estarían entonces separadas por una distancia de aproximadamente dos (2) metros (unas 30 veces el diámetro de La Tierra). Si no tenemos al menos dos metros de altura, entonces no llegaramos a mostrar a escala, con nuestros brazos, lo lejos que están esa pelota de tenis, Tierra, de su satélite, el chicle bomba Luna. Aquí están a escala:




Pero ahondando en el asunto, ¿qué tan grande es esa distancia entre la Tierra y la Luna? Pues bastante grande; un poco mayor que la distancia recorrida por la luz en un segundo; más de un cuarto del diámetro del Sol.

El planeta más grande del sistema solar, Júpiter, es tan grande que caben más de mil planetas Tierra en su interior. De hecho, adentro le caben todos los otros planetas del sistema solar juntos, y todavía queda espacio:

(Click para ampliar)

Pues la distancia Tierra-Luna es casi tres veces el diámetro del gran Júpiter. La Luna la tenemos bien pero bien lejos.

Si Tierra == pelota de tenis, como en la primera foto arriba, el Sol sería una gran esfera de un poco más de 7 metros de diámetro, algo así como esto:



¿Y qué tan lejos estaría la pequeña pelota de tenis, nuestra Tierra arriba, de esa gran esfera? ¡Pues a casi 800 metros!

Plutón, el planetoide (que ya no planeta) más lejano del sistema solar, sería si acaso un bolibomba pequeño, más pequeño que nuestro chicle bomba Luna, y estaría a un poco más de 30 km de ese Sol a escala. Así pues, si nuestra Tierra fuese una pelota de tenis, el Sistema solar (aunque sea algo elíptico imaginemos que fuese circular) sería un círculo de unos de 60 km de diámetro, con la tierra (pelota de tenis) a 800 m de un Sol de 7 m de diámetro.

Ahora podremos ver como, incluso a esta escala tan reducida, las dimensiones cósmicas se vuelven casi de inmediato incomprensibles de lo inmensas que son.

En esta escala de Tierra = pelota de tenis a 800 m del Sol, podríamos preguntar qué tan cerca estaría la estrella más cercana al Sol: Próxima Centauri. Pues lejos, extremadamente lejos... De hecho, está tan lejos que en esta escala tan reducida la distancia no nos cabe en La Tierra, a menos que le demos unas cinco vueltas a su circunferencia. ¡Serían más de 200.000 kilómetros! (Más de 3000 millones de veces el diámetro de nuestra pequeña Tierra pelota de tenis).

Doscientos mil km. ¿Qué tan distante es eso? Para hacernos una idea, el diámetro del gran Júpiter son apenas 143 mil. 200.000 km son más de la mitad de la distancia real Tierra-Luna, y ya vimos lo grande que es esa distancia en su escala real. Esos 200 mil serían la distancia a la estrella más cercana, si nuestro planeta fuese del tamaño de una pelota de tenis a 800m del Sol. ¡Lejos!

Y en esta escala tan reducida, ¿qué tan grande sería nuestra Vía Láctea? Pues casi del tamaño de la distancia real Sol-Plutón. Esa sería nuestra pequeña galaxita Vía Láctea, entre las muchas miles de millones de otras galaxias que existen.

Ni qué decirlo, la verdad que hay mucho cosmos, pero estamos muy bien aislados, y somos bien pero requetebien pequeños.

Monday, August 24, 2009

Premiada María Guinand en Alemania



Continúan las mujeres Venezolanas cosechando éxitos. María Guinand acaba de ganar el Helmuth-Rilling Award (€ 20.000) de la Academia Internacional Bach en Alemania. ¡Felicitaciones María Guinand!

Este premio se une a varios otros éxitos recientes de Venezuela, incluyendo no solo el Miss Universo :) También otros reconocimientos en el mundo de la música:

- José Antonio Abreu recientemente obtuvo el premio Polar de Suecia, considerado como el "Nóbel" de música.

- El Coro de Voces Oscuras de Maracay ganó recientemente el 1er premio en el Certamen Internacional de Habaneras y Polifonía de Torrevieja, España.

Felicitaciones a estos y a todos los músicos de Venezuela!

PD. Coloqué el link a la noticia de Guinand que ofrece hoy El Nacional, descartando la de El Universal luego de haber corroborado con otras fuentes. (El Universal indica que el monto del premio son €200.000 en vez de €20.000)
Dos Miss Universo seguidas!



Felicitaciones a la bella Stefanía Fernández, Miss Universo 2009! Recibió su corona de manos de Dayana Mendoza, Miss Universo 2008, también Venezolana. Esta es la primera vez que una Miss Universo transfiere la corona a una sucesora de su mismo país.

Para más información: Miss Universe (Wikipedia)

Sunday, July 05, 2009

Sobre la incomprendida Electricidad




Hace unos pocos años me metí de lleno en la construcción de un amplificador de audio de alta fidelidad para audífonos (ver posts de inicio del 2007 en este blog). Por esa razón (más que por mis estudios anteriores) me empapé un poco mejor de algunos fundamentos de la electricidad.

No mucho después de haber completado el amplificador escribí en un foro de audífonos una analogía entre el flujo de electricidad y el flujo de agua con el fin de aclarar ciertas dudas de algunos participantes del foro en cuanto a la electricidad, en particular dudas sobre la diferencia entre corriente y voltaje. En otros foros he colocado links a esa explicación para no tener que reescribir lo mismo, luego de haber notado confusiones y malinterpretaciones similares. La confusión sobre algunos aspectos muy fundamentales de la electricidad parece ser más común y frecuente de lo que suele creerse.

Hace poco encontré unas páginas muy buenas que aclaran de manera explícita algunos malentendidos comunes sobre la electricidad. Decidí entonces escribir este post en mi blog.

Primero una pregunta introductoria:
¿Cuál metal entre los siguientes es mejor conductor que el cobre?

a) Mercurio
b) Aluminio
c) Plata
d) Oro


Si tiendes a responder d), el oro, pues ¡EEEERRRRRPPPP!... campana de incorrecto. La respuesta correcta es c), la Plata.

La Plata es el metal con mejor conductividad eléctrica entre todos los metales; el cobre le sigue de segundo, y el oro de tercero. (Para más info ver Tabla de Elementos ordenados por conductividad eléctrica)

Por lo general se piensa que el oro es el mejor conductor, o que es mejor conductor que el cobre. El oro lo que sí tiene es mucha mayor resistencia a la corrosión comparado con el cobre y con la plata, por lo cual se suele utilizar para recubrir y proteger contactos eléctricos.

Otra pregunta:
2)La corriente eléctrica no tiene peso. ¿Cierto o Falso?

Si respondiste Cierto: ¡EEERRRRRRP!...

Los electrones son portadores de carga, pero son materia y tienen masa. Si bien es una masa mínima y muy liviana comparada, por ejemplo, con la de todo un átomo de cobre (que tiene más de 115.000 veces la masa de un electrón), los electrones también tienen masa. Para dar una idea de cuanta es esa masa, 100 kg de cobre contienen casi un gramo de puro océano de electrones móviles que puede desplazarse como corriente eléctrica. Para más información: "Electricity is weightless? Nope"

Y hablando del desplazamiento de los electrones, la última pregunta de este post. Esta pregunta sí es un poco más sofisticada:

¿Qué tan rápido fluyen los electrones por los cables en el circuito del diagrama de arriba mientras la pila está alimentando al bombillo:

a) A unas fracciones de mm/seg
b) A unos pocos km/seg
c) A cientos de km/seg
d) A casi la velocidad de la luz


Si respondiste d) La velocidad de la luz, entonces de nuevo: ¡EEEERRRRRPPP! Respuesta incorrecta.

La respuesta correcta de hecho es la a): el flujo de electrones desde el cátodo en la pila a través de ese cable, del bombillo, y del otro cable hacia el ánodo de la pila, ocurre a una velocidad que está en el orden de apenas unas fracciones de milímetro por segundo; apenas varios centímetros por hora. Un sirope bien lento el flujo de electrones.

Surgirá la pregunta sobre cómo el bombillo prende de manera instantánea al conectarlo. Ah... para la explicación viene al caso la analogía con el agua.

Imagínate que tienes una manguera conectada a un grifo cerrado, y que la manguera está vacía. Si abrimos el grifo, el agua que recién sale por la boca del grifo se tomará su tiempo en atravesar e ir llenando toda la manguera hasta llegar a la punta de la manguera y por fin salir. Supongamos que esperamos y luego de cierto tiempo comienza a salir el agua por la punta de la manguera; entonces cerramos el grifo. En ese momento la manguera está llena de agua. Si ahora abrimos de nuevo el grifo, el agua que quedó en la punta de la manguera (recordemos que la manguera está ahora llena) comenzará a salir al instante apenas se abra el grifo y se bombee el agua, cierto? Pues lo mismo pasa en nuestro circuito con los electrones en los cables de cobre y en el bombillo.

Los metales ya están siempre llenos de un océano de electrones móviles (de hecho eso es lo que los define como metales entre los elementos: el tener electrones móviles). Al conectar una pila en nuestro circuito lo que ocurre es que "abrimos el grifo", y se activa en ese mismo instante un bombeo de electrones, pero esto ocurre frente a mangueras que ya están llenas: los conductores metálicos. Este empuje inicia un desplazamiento de todo ese océano de electrones que reside en los cables y en el bombillo del circuito.

Esa ola de empuje (los campos magnéticos y eléctricos que constituyen la energía eléctrica) sí que fluye en todo el circuito tan rápido como la velocidad de la luz. De modo que todo el océano de electrones en todo el circuito recibe la señal de "¡Muévanse!" de manera casi instantánea. Es la orden (por llamarlo de alguna manera) que le dice a cada electrón "Comienza a moverte hacia el ánodo" lo que se desplaza a la velocidad de la luz por el circuito, pero no los electrones mismos.

El cálculo y verificación de la velocidad efectiva de los electrones por el circuito no es nada difícil conociendo las fórmulas involucradas. Sin embargo algo tan interesante como esto (a mi modo "nerd" de ver las cosas :P) casi nunca se explica de manera adecuada en cursos de física de escuelas; de hecho ni siquiera en materias de electricidad o electrónica en cursos universitarios de pregrado. Aquí unos enlaces donde se explica este cálculo en detalle:

- The speed of electricity
- Speed of Electricity calculation
- How fast does electricity travel? (pdf)

Al encender un bombillo incandescente en una casa, apenas se pasa el switch en ese mismo instante comienza un diminuto movimiento en todo el mar de electrones existente en los cables entre el panel de fusibles de tu casa, el switch que activaste, y ese bombillo. En este caso estamos hablando de corriente alterna, por lo que el desplazamiento de esos electrones no se dará en una dirección. Toda esa masa de electrones estará en sitio "vibrando", primero desplazándose apenas un poquitín (pequeñísimas fracciones de milímetro) en un sentido de la longitud de los cables, y luego el mismo poquitín en sentido contrario, 60 veces por segundo, calentando rápidamente el filamento del bombillo, y haciendo que emita luz.

Para más información anexo aquí unos enlaces, entre ellos una página muy recomendable sobre las confusiones más comunes en cuanto a la electricidad:

- Common Misconceptions About Electricity Spread by Textbooks
- Speed of electricity (Wikipedia)
- The Speed of Electricity